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En la actualidad, la expansión de los negocios es algo muy común. Gracias a las facilidades que nos permiten las nuevas tecnologías y el auge del trabajo en remoto, muchas compañías hacen negocios con el extranjero. Incluso, en algunos casos, sin necesidad de desplazarse.
Ante este panorama surge la necesidad de traducir algunos contratos laborales, pues entran dentro de un marco internacional. Lo que no saben todos los empresarios es que el cambio de idioma en estos documentos no es como cualquier otra traducción, ya que se trata de textos legales.
¿Sabes realmente en qué consiste la traducción de contratos y por qué recurrir a ella?, ¿por qué no se pueden cambiar de lengua estos documentos como los demás? En este artículo despejamos todas las dudas al respecto.
¿Qué es la traducción de contratos?
Probablemente, tendrás a diversos profesionales en tu empresa que hablan con fluidez varios idiomas e incluso son capaces de hacer negocios en ellos. Es posible que también cuentes con un fantástico equipo de recursos humanos competente y especializado en el ámbito internacional, acostumbrado a hablar con candidatos de otros países.
Sin embargo, los contratos no tienen las mismas características que las reuniones empresariales o los procesos de selección. Se trata de documentos que tienen validez legal y que contemplan términos muy concretos, los cuales se deben traducir de una forma extremadamente literal. Un cambio de forma o de expresión puede comprometer las bases contractuales entre la empresa y el trabajador.
Este es el motivo por el cual se necesita de un servicio cualificado y especializado en la traducción de contratos. De hecho, para que esto tenga validez es imprescindible que se realice de la mano de un traductor jurado, un profesional muy específico que tiene licencia para ello.
La traducción jurada o jurídica de contratos
La traducción jurídica es el cambio de un idioma a otro de un documento que aborda temas legales, de derecho o políticos. Son las que se emplean para realizar cualquier tipo de trámite legal o para presentar ante los tribunales.
En cambio, las traducciones juradas con un poco más complejas. Se trata de aquellas que son elaboradas por lo que se denomina como un traductor jurado: un profesional que está habilitado como tal por el Ministerio de Asuntos Exteriores.
Los contratos traducidos de esta forma llevan un sello y una firma de este traductor certificado, y esto es lo que los dota de un carácter oficial. Al ser documentos legales y vinculantes, es crucial que se ejecuten de esta manera.
Hay empresas de abogados internacionales que están especializadas en realizar traducciones tanto jurídicas como juradas, cumpliendo con todos los requisitos y velando por la literalidad de los escritos. Puedes solicitar estos servicios o informarte de ellos accediendo a este enlace: https://geajuridicas.com/traduccion-contratos/
El traductor jurado: una figura indispensable
¿Qué diferencia hay entre un traductor jurado y cualquier otro? Ya hemos dado alguna pista, pues este profesional está cualificado específicamente para este tipo de trabajos y puede sellar y firmar todos los documentos que efectúa.
Este experto debe conocer a la perfección todo el vocabulario jurídico en los diferentes idiomas que maneje, así como las expresiones comunes en los contratos y otros documentos legales como los certificados de matrimonio o padrones, ya que se encarga de traducir todo lo que debe obtener un carácter oficial.
Para ello se forma en la interpretación y traducción profesional, habitualmente haciendo la carrera universitaria correspondiente. Además de esto, tendrá que cumplir determinados requisitos y superar un examen oficial propuesto por el propio Ministerio de Asuntos Exteriores con el fin de habilitarse en esta profesión.
¿Por qué es importante recurrir a la traducción de contratos?
Apostar por la traducción profesional de contratos es vital cuando se hace negocios en el extranjero. Para ello, resulta bastante arriesgado apostar por cambiar de idioma los contratos con un traductor online o dejándolo en manos de un empleado que conozca bien los diferentes idiomas.
El primer motivo es que, al ser de naturaleza jurídica, el contrato emplea expresiones muy concretas que son de índole legal y que no conocen todas las personas que son bilingües. Con ello se corre el riesgo de hacer narrativas inexactas y que no corresponden con precisión a lo que pone el idioma original, lo que puede acarrear grandes problemas a la hora de asentar las bases de la relación laboral entre las partes.
Por otro lado, también es importante por la oficialidad del documento. Los servicios de traducción jurada son los que van a garantizar que este contrato es perfectamente legal y oficial, algo que no tiene validez cuando se hace a título particular. De esta forma, si se tiene algún problema entre las empresas que lo firman o bien entre empleado y empleador, será complicado de defender por las vías legales. Fácilmente, será un contrato no vinculante que no cumpla con los requisitos, y nada se podrá reclamar basándose en él.