Tipos de conflictos laborales: qué son y cómo resolverlos

En un ambiente empresarial muchas veces pueden darse situaciones que requieren de cierta mediación para que no vayan a más. Estamos hablando claramente de los conflictos laborales, de los que existen muchos tipos y niveles de gravedad, y que siempre es preciso saber cómo abordar para no empeorarlos. En este artículo te explicamos qué es un conflicto laboral, qué tipos de conflictos laborales existen y cómo debes proceder para solventarlos. Sigue leyendo porque nunca sabes cuándo esta información puede venirte bien.

¿Qué es un conflicto laboral?

Un conflicto laboral es un conflicto que se desarrolla dentro del ámbito empresarial, ya sea entre los propios empleados o entre los empleados y la gerencia de la compañía. Como veremos más adelante pueden generarse muchos tipos de conflictos laborales, pero el responsable de solventarlos siempre ha de ser el responsable o jefe de departamento. La resolución de conflictos forma parte inequívoca del concepto de liderazgo, por lo que asegurarse de prevenir, minimizar y, por supuesto, solucionar cualquier disputa surgida en el ambiente laboral es clave para que este se mantenga en armonía, el clima laboral sea óptimo y la productividad de la empresa no disminuya.

Tipos de conflictos laborales de una empresa

Los tipos de conflictos laborales que pueden darse dentro de una empresa pueden definirse en función de tres factores: en primer lugar, los implicados (si se trata de una disputa entre los propios empleados o entre estos y sus superiores o la propia empresa), la causa (si el motivo de la disputa es una incompatibilidad de caracteres, a nivel legal, etc.) y las consecuencias (si las consecuencias afectan de fondo a la empresa o solo es un impedimento temporal).

Así pues, dentro de los conflictos laborales según los implicados, encontramos:

  • Intrapersonales: un empleado tiene un problema pero no con terceros sino con las tareas que le han sido delegadas, o está disconforme con su nivel de responsabilidad o salario.
  • Interpersonales: son los conflictos que se generan entre dos o más personas, ya sea por falta de comunicación, rivalidades o incompatibilidad.
  • Intragrupales: son los que se originan en un departamento específico que abarca a todos los miembros de este, en tanto que no se ponen de cauerdo con respecto a cómo proceder o a cómo dividir las tareas.
  • Intergrupales: los que se originan entre dos o más departamentos diferentes, ya sea por una cuestión de responsabilidades o de sectores a trabajar.
  • Colectivos: son los que tienen lugar cuando todo el conjunto de empleados muestran una disconformidad con decisiones tomadas por la gerencia de la empresa.

En función de la causa que genere el conflicto, encontramos:

  • De relación: cuando uno o más empleados no consiguen entenderse o sus caracteres chocan a menudo, generando un conflicto que puede afectar su rendimiento.
  • De información: cuando determinada información importante, como las tareas a desarrollar o los objetivos de estas, no se comunica adecuadamente al equipo.
  • De estilos: cuando los empleados no están conformes con la forma en la que se organiza el trabajo o se comunican los objetivos o problemas.
  • De objetivos: cuando no hay consenso con respecto a las metas que deben alcanzarse en la empresa, o cuando hay mucha desigualdad entre los objetivos de un empleado y de otro.
  • De roles: cuando los empleados no conocen con exactitud cuáles son sus funciones dentro de la empresa, generando no solo un conflicto sino también una desavenencia que desemboca en que haya tareas duplicadas o tareas no llevadas a cabo.
  • De diferencia de valores: cuando un empleado tiene principios éticos que difieren a los de sus compañeros o a los de la propia empresa como entidad.

Y en función de las consecuencias del conflicto, encontramos:

  • Funcionales: son los conflictos que pueden afectar a la empresa de fondo, ya sea para mejor o para peor. Se trata de disputas que afectan el rendimiento y la productividad de la empresa en sí misma, como acuerdos para llegar a determinados objetivos.
  • Disfuncionales: son los conflictos que dificultan el desarrollo normal de la empresa, pero que no afectan a esta de fondo. Conflictos interpersonales entre uno o más empleados entrarían dentro de este tipo de conflictos, pues entorpecen el desempeño de la empresa durante un periodo de tiempo pero no afecta a la firma a largo plazo.

Ejemplos de conflictos en el trabajo en equipo

Un ejemplo de un conflicto laboral interpersonal sería el de dos empleados con tendencias dominantes que no son capaces de trabajar en equipo. En este caso, por ejemplo, el hecho de tener que repartir tareas y delegar puede generar una disputa entre ambos al considerar cada uno de ellos que sus tareas han de ser las más relevantes, o no confiando en el criterio del contrario para llevar a cabo determinadas labores de responsabilidad.

Un ejemplo de conflicto laboral colectivo, en el que los empleados se oponen a una decisión empresarial, sería el de contratar a su personal con una categoría inferior a la que realmente les corresponde y alargar esta circunstancia en el tiempo, en lugar de subir de categoría a los empleados que así lo requieren por cuestiones de responsabilidades y titulación.

Un ejemplo de conflicto laboral de estilos podría generarse cuando un departamento cuente con un nuevo jefe de sector que trate de modificar de raíz los procedimientos seguidos hasta la fecha, y no comunique de forma efectiva y clara cómo deben realizarse las tareas. Además, es preciso poner en común las ideas y sugerencias de los subordinados, porque de lo contrario puede generarse otro conflicto interpersonal entre estos y el responsable de departamento.

Técnicas de mediación y resolución de conflictos

Dependiendo de la gravedad del conflicto laboral, este podrá resolverse dentro de la propia empresa mediante una serie de técnicas de mediación y resolución de conflictos. No obstante, habrá otro tipo de conflictos de mayor envergadura en los que será necesario contar con soporte externo, como puede ser un abogado laboral, ya sea por parte del empleado como por parte de la empresa para lidiar con determinadas circunstancias. El bufete de abogados Garanley está especializado en derecho laboralista, por lo que se trata de uno de los despachos más recurrentes a la hora de buscar asesoría y servicios dentro de este sector. No obstante, si se trata de un conflicto menor, no suele ser necesario recurrir a una empresa externa, si bien sí tendrá que intervenir el departamento de Recursos Humanos.

Hay cuatro técnicas de mediación muy conocidas dentro de las empresas para resolver conflictos laborales de estas características, siendo estas:

  • La facilitación. Se debe llevar a cabo un debate entre las partes implicadas para llegar a un acuerdo, recurriendo si es necesario a una persona imparcial para que lo gestione.
  • La mediación. Se escoge a un mediador que contribuya a guiar a los implicados durante el proceso de resolución de conflictos. Este mediador será imparcial y responsable de que se cree el ambiente adecuado para que ambas partes puedan compartir información y atacar los puntos específicos sin faltar al respeto.
  • La indagación. Se recurre a esta técnica en los inicios de un conflicto y está más orientado a ambientes técnicos, en los que se apoyan en documentos aportados por expertos relativos al conflicto en cuestión.
  • El arbitraje. Los implicados presentan sus puntos de vista ante lo que se considera un juez o árbitro, que será el encargado de determinar la solución a aplicar.

¿Dónde acudir por problemas laborales?

Lo primero que debes hacer en caso de encontrarte ante un conflicto laboral es acudir al departamento de Recursos Humanos de tu empresa. Si tienes un conflicto con un compañero, lo ideal será comentárselo primeramente a tu jefe de departamento para que proceda como vea conveniente, pero si el asunto no se soluciona deberás notificarlo al departamento de RRHH para que den con una solución óptima, en tanto que es el departamento que se encarga de gestionar este tipo de situaciones.

No obstante, si el problema es de base y lo tienes directamente con la empresa, si tras notificárselo al departamento de Recursos Humanos no obtienes respuesta o no la respuesta que consideras justa, lo recomendable es acudir a un abogado especializado en conflictos laborales para que te asesore y asista en tus circunstancias específicas.